A comienzos de la década de 1980 una nueva música llamada chicha nacía en el Perú. Era la música de los migrantes, de quienes huían del campo, de la guerra, de la miseria, pero también de quienes traían consigo alegría, coraje, esperanza. Su sonido era una mezcla de melodías vernaculares con instrumentos occidentales, de tradición y modernidad, y fue desarrollando en paralelo una gráfica llena de colores y tipografías juguetonas que primero apareció en las tapas de discos y posteriormente en los afiches publicitarios para anunciar conciertos y fiestas pop(ulares). Cuarenta años más tarde los carteles chicha siguen siendo el mejor medio para anunciar conciertos pero además ahora son reconocidos como una peculiar y poderosa forma artística y de identidad. Diferentes artistas actualmente usan esta estética para crear serigrafías que pueden hablar de la música, pero también de diversos temas incluyendo la política. En Neón Chicha hemos seleccionado algunas de las más atrevidas propuestas artísticas nacidas del cartel callejero, cuyos colores continúan iluminando las ciudades peruanas con nuevos fulgores y rebeldías.