El proyecto está atravesado por un cuestionamiento constante hacia la masculinidad hegemónica. Planteamos preguntas importantes sobre el impacto que tiene la vergüenza en la construcción de lo masculino, en los dispositivos que la sociedad tiene para reprimir a quienes disiden y buscan alternativas al imperativo de la violencia, la competencia, la comparación y la censura.
La obra es una escritura escénica, es decir, una pieza que no parte de un texto dramático sino del trabajo conjunto en el escenario mismo. Una obra que se construye desde bocetos planteados por el director, improvisaciones de les intérpretes, propuestas de video y sonido por parte de diseñadores o respuesta a textos escritos por la dramaturga: toda vergüenza toda es un esfuerzo conjunto de pensar y articular un universo creativo en y desde el escenario.