Más allá de sus ofuscaciones filo místicas y del glamur de sus eventos de alfombra roja, el mundo del arte es un campo laboral. Partiendo de esa premisa, Gonzalo Hernández plantea la pregunta por la sostenibilidad de una carrera en las artes, tomando algunos ejemplos de artistas peruanos de gran relevancia crítica que, no obstante, decidieron retirarse del mundo del arte. ¿Qué motiva a un/a artista, no a producir arte, sino a continuar produciéndolo, a insistir en una carrera creativa que, tal como sugiere su investigación de larga data sobre el éxito y el fracaso en el mundo del arte, no tiene punto de llegada, sino que es un interminable andar?